Gran expectación para ver este Macbeth, adaptación de la
obra de Shakespeare protagonizada por Michael Fassbender y Marion Cotillard.
Curiosamente (o tal vez no tanto), no es la peli que más nos ha gustado de las
tres que vimos la jornada del miércoles en Sitges.
Green Room
Con la sinopsis que se ofrecía de esta película nos habíamos
hecho una impresión errónea de lo que resulta ser una película bastante
violenta y sangrienta con elementos de cierta intriga.
Como curiosidad, también participa aquí Alia Shawkat, que ya
aparecía en The Final Girls, de la que hablamos en el post anterior. Aquí no se
ríe tanto. Para nada.
La historia cuenta como unos jóvenes que conforman un grupo
de punk-rock se ven tocando en un local cuya parroquia está formada por
skinheads americanos, de los que van tatuados con esvásticas y tal. A pesar
de la inquietante situación consiguen finalizar el concierto y cobrar su paga,
pero cuando ya se preparan para seguir su camino, uno de ellos ve lo que no debería, y
la película pasa a ser un survival-horror,
en el que los jóvenes cada vez tienen menos esperanzas de salir con vida de la
situación.
Una película muy entretenida y bien llevada, que dosifica la
tensión y la acción, sin agujeros de guión y muy recomendable.
Macbeth
Imagino que para apreciar en su justa medida esta adaptación
habría que conocer bien el texto original, y haberse hartado de ver diferentes
puestas en escena. Si no son @silviabroome difícilmente será su caso, y está claro que no es el mío.
En el post anterior hablamos de una frikada oriental, y supongo
que este Macbeth debe ser una frikada occidental.
Me da la sensación que se ha tomado la obra de Shakespeare y
se la ha desnudado de todo lo accesorio, tanto en lo visual como en lo
dramático. Nada de circunloquios. Lo que se pueda decir en dos palabras, que no
se diga en tres. Nada de Branagh por aquí, con sus trajes chillones; austeridad,
rigor histórico. A lo Valhalla Rising de Winding Refn. Sangre y barro. Todo en
penumbras, como si se rodara con luz natural (a lo mejor es así). Y en Escocia
solo ven el sol a través de la niebla. Y todo descansando sobre los hombros de
Michael Fassbender y Marion Cotillard, que hacen un trabajo fantástico. Ellos
dos son la película.
Por el contrario tenemos un montaje muy extraño, muy complejo,
con contrastes continuos. A ratos contemplativo, llamando al espectador a echarse
un sueñecito. Más de uno ha planchado la oreja, como se acredita en Twitter.
No sé.
Los amantes del teatro la adorarán o la odiarán.
El pueblo llano… creo que el lenguaje de esta película es un
pelín críptico, de difícil digestión. Onírico. Y no lo digo solo porque duerma
a las ovejas.
Yo me alegro de haberla visto, y particularmente en el cine;
pero no pienso repetir la experiencia.
Huele a Oscar para los dos actores principales, y
seguramente algunos más del apartado técnico.
February
Entramos a ver February casi sin información; y aún la poca
que proporciona la sinopsis, en realidad no da muchas pistas de sobre qué va.
Les adelanto que es una cinta de terror, y sobre un tema muy
manido. Pero creo que lo hace de forma original, y lo considero un gran mérito.
El problema es que tarda MUCHO en mostrar sus cartas, y
durante la mayor parte de la película los espectadores estamos muy perdidos; y
dado que además el ritmo es muy tranquilo, puede surgir el tedio.
En lo que a mí respecta debo decir que, efectivamente, he
llegado a preguntarme de qué iba esto; pero poco a poco la película va creando
un ambiente de tensión sin recurrir a trucos baratos, y cuando por fin se
desvela el tema de la película, se hace de forma como hace muchos
años que no había visto.
La historia se sitúa en un internado femenino y sigue a dos
alumnas que, puesto que sus padres no han acudido a recogerlas para las
vacaciones de invierno, deberán quedarse solas junto a dos cuidadoras. La
tensión se va acumulando en los pasillos vacíos, y los ruidos de origen dudoso.
Como digo la película basa su juego en esconder los giros
que la definen, y revelar siquiera de qué va sería estropearla del todo.
Destacaría el trabajo de la actriz más joven, Kiernan
Shipka, que con 16 años demuestra que ha aprovechado su ya nada desdeñable
experiencia en el cine y la televisión, y que puede ser un nombre a seguir.
El director es Osgood Perkins, el hijo mayor de nada menos
que Anthony Perkins, en su primer largometraje. Y creo que se trata de un
excelente augurio, y que en el futuro habrá que revisar esta película, para
valorar una carrera que se desvela como muy prometedora.
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