lunes, 24 de agosto de 2015

Pelis de Superhéroes: los primeros X-Men

En esta serie ya hemos hablado de las series de películas dedicadas a Superman y Batman durante el siglo XX. Se trata de las películas precursoras de la era de las pelis de superhéroes en que nos encontramos inmersos, pero no fueron el auténtico pistoletazo de salida, dado que su impulso se agotó.

El verdadero inicio de la era moderna de las pelis de superhéroes fueron las adaptaciones de los X-Men, iniciadas por las dos pelis dirigidas por Bryan Singer y la tercera que cerraba la serie, X3, dirigida por Brett Raner.

Y de ellas hablamos a continuación.



X-Men (2000)

Para la primera adaptación a la gran pantalla del grupo de superhéroes más exitosos de Marvel Comics, alrededor de los cuales se ha llegado a desarrollar toda una línea editorial que se podría denominar “Universo Mutante”, se escogió finalmente un director relativamente desconocido, Bryan Singer, que tenía en su haber tan solo otras tres películas, de entre las cuales destaca la excelente The Usual Suspects. Por cierto, hay declaraciones de Bryan Singer diciendo que nunca había leído cómics de los X-Men antes de recibir la propuesta para dirigir la película.

Tampoco el elenco actoral iba a estar compuesto por grandes estrellas, y el presupuesto era relativamente limitado para una producción en la cual los efectos especiales, sin duda, iban a tener una gran importancia.

Y tal vez precisamente a causa de dichas limitaciones, X-Men es mejor película que algunas de las que vemos hoy en día, dado que se ve obligada por la falta de presupuesto a dejar más espacio al desarrollo de la historia, y las escenas de acción son más contenidas; menos el castillo de fuegos artificiales a que nos han venido a acostumbrando en los últimos años.

En X-Men, en lugar de explicar el origen y creación del grupo, se opta por contar el origen de tan solo dos de sus personajes principales (Magneto y Pícara), y arrojar al espectador a un universo coherente en el que el cómo importa bastante menos que el qué. Y para hacerlo nos coloca tras la mirada de Pícara, una jovencita que huye de casa por temor al daño que puede hacer con sus recién adquiridos poderes, que no controla y que consisten, aparentemente, en absorber la fuerza vital de aquellos a los que toca. En su escapada acabará en un remoto pueblo en las montañas, donde se topará con Lobezno, con quien entablará una suerte de amistad que los llevará a seguir viaje juntos. Tras lo cual, y sin motivo aparente, se ven atacados por un grupo de personas con superpoderes, siendo rescatados por los X-Men, que los invitarán a unirse a ellos.

Bueno, más o menos. He hecho lo que he podido para resumir el arranque de la historia.


Pero aquí lo verdaderamente importante es que la película presenta el escenario y los personajes de forma francamente muy satisfactoria, y lejos de la típica historia lineal “de orígenes”.

Resulta particularmente bueno el retrato de Magneto, al que lejos de mostrarle como un villano plano, que hace el mal por el mal o tan solo en pos de su propio beneficio, aparece  como un judío superviviente del holocausto nazi, y adoptado como su misión en la vida acabar con la segregación a la que se aboca a los mutantes… para lo cual no dudará en utilizar cualquier medio, independientemente de las vidas que cueste. De modo que Magneto tiene un objetivo más o menos comprensible, pero son sus métodos los que son reprobables. Charles Xavier, el “jefe” de los X-Men, quienes se oponen a los métodos de Magneto, comparte el objetivo de la integración de los mutantes, pero bajo los principios de la recta moral y ética.

En general se respetan bastante las características de los personajes en su traslación de los cómics a la pantalla. Si me permiten, me gustaría hacer un pequeño repaso de los mismos, absolutamente personal:

Los buenos

Pícara: interpretada por una joven Anna Paquin, que no hace mucho se quejó de que en las películas su personaje tan solo absorbía poderes, mientras que en el cómic vuela y es superfuerte. Lo cual es cierto, pero se debe a que absorbió permanentemente y de forma no intencionada los poderes (y recuerdos) de Ms. Marvel tras atacarla en el AvengersAnnual #10 (su primera aparición), y como se explica en Uncanny X-Men #171. En la película sirve como hilo conductor para que el espectador descubra este nuevo universo.


Lobezno: ahora nos parece que la elección de Hugh Jackman para interpretarlo es ideal, pero también en su momento despertó grandes recelos, particularmente por el hecho de que es un tipo alto, mientras que en los cómics siempre se ha destacado que Lobezno es claramente bajito; cosas del fandom. Por lo demás, todo el mundo quedó gratamente impresionado por la forma de representar las garras, y que quedara meridianamente claro que formaban parte de su cuerpo; y en general muy satisfechos por ser una fiel adaptación del mutante canadiense.

Charles Xavier: el director de los X-Men interpretado por Patrick Stewart; otro notable acierto de casting. Nada que decir: es tal como tiene que ser.

Tormenta: tal como se puede ver en el comic de la película, inicialmente tenía prevista una escena para mostrar su origen africano; pero ya sea porque no llegó a filmarse, o se cayó de la sala de montaje, esa escena no aparece. Por lo demás, si bien hay quien no está de acuerdo, a mí la elección de Hale Berry me ha parecido siempre excelente, aunque la caracterización podría haberse mejorado; y la representación de sus poderes correcta.

Jean Grey: encarnada por una espectacular Famke Jansen, tiene poderes telequinéticos y telepáticos, aunque apenas hace uso de estos últimos.  Gana un doctorado universitario, al protagonizar unas escenas inicialmente pensadas para el personaje de La Bestia, que fue descartado por la dificultad de representarlo de forma creíble. Tiene una relación con Cíclope, y al igual que en los cómics se ve envuelta en un triángulo romántico con Lobezno como tercer vértice.

Cíclope: a mí nunca me ha gustado James Mardsen como Cíclope, pero creo que estoy bastante solo en esto. Además, creo que en las películas ha perdido gran parte del peso que tiene en los cómics como indiscutible líder de campo del grupo.


Los malos

Magneto: el villano por antonomasia de los X-Men. Despertó bastantes dudas que fuera interpretado por alguien tan mayor como Ian McKellen, dado que no respondía al estándar de superhéroe musculoso que se suele representar en el cómic, pero ha quedado claro que fue un enorme acierto. Como personaje, Magneto destaca por sus elecciones morales; y como superhéroe (supervillano en este caso), el que sea físicamente fuerte resulta bastante irrelevante por la naturaleza de sus poderes.

Mística: la mano derecha de Magneto, en los cómics se hizo la líder del grupo de villanos cuando este faltó, y tiene una fuerte personalidad, capacidad de liderazgo, y una historia compleja y misteriosa que la conecta con los X-Men y muy especialmente con Pícara. En la peli no hay nada de todo eso, y más allá de la espectacularidad de su caracterización y de sus cambios de aspecto, prácticamente desaparece como personaje, sin apenas líneas de diálogo. No obstante, queda claro que es el brazo armado de Magneto, y la encargada de llevar a cabo sus planes.

Dientes de Sable: en la película es interpretado por Tyler Mane, proveniente del mundo del wrestling. Como personaje hace el papel de músculo del equipo, del que no sabemos nada más allá de que ruge mucho y tiene unas garras que lo hacen la némesis de Lobezno.

El Sapo: en el cómic, para mí, uno de los villanos más penosos del universo Marvel; un tipo lastimoso, físicamente deforme con un poder básicamente inútil, y despreciado por sus propios compañeros. El inadaptado entre los inadaptados. Paradójicamente, de haberse explorado correctamente esa faceta podría haber sido un personaje interesante, pero en la peli se sigue un enfoque completamente diferente, se le dota de un aspecto hasta atractivo, con un poder francamente bastante asqueroso que no tiene en los cómics,  y también sin líneas de diálogo.


Por lo demás, decir que X-Men tuvo un notable éxito, fue bien acogida por los fans, y quedó claro que la fórmula era viable. Y es por ello que, como apunto en la introducción, la considero el auténtico arranque de la actual etapa de películas de superhéroes.

Y sigue siendo una peli bastante entretenida, con unos efectos especiales lo bastante buenos como para que aún no se haya quedado vieja.

X-Men 2 (2003)

Solo 3 años después de X-Men se estrena su continuación, con los mismos personajes, actores y director. Pero con más presupuesto, lo que se traduce en más escenas de acción, mejores decorados y efectos especiales.

La historia ahonda en el pasado del que se ha revelado como el auténtico protagonista de la franquicia: Lobezno. ¿Qué tendrá este personaje para que sea tan atractivo, independientemente del medio en el que aparezca? Para hacerlo se introduce un nuevo villano, en este caso no superpoderoso sino humano: William Stryker, que dirige una operación de control militar para oponerse a la amenaza mutante, y que parece haber estado involucrado en los orígenes de Lobezno.


En esta batalla entre humanos y mutantes, los X-Men deberán colaborar con Magneto, que ha escapado del encarcelamiento en el que quedó al final de la primera película, en una de las mejores y más inteligentes secuencias de X-Men 2, y que gracias al trabajo de espionaje de Mística ha descubierto los planes de Stryker para acabar con la especie mutante.


Esto de que los buenos y los malos tengan que unirse ante un enemigo común, es casi tan habitual en los cómics como que los buenos se zurren entre sí a causa de algún engaño o malentendido.

Después de la excelente puesta en escena y del acertadísimo casting de X-Men, en X-Men 2 basta con introducir un argumento interesante, coreografiar algunas secuencias de acción y voilà: peliculón.

Vale, seguro que no es tan fácil, pero la verdad que en X-Men 2 así lo parece, y seguramente es la mejor de las películas de los mutantes, junto con la precuela X-Men: Primera Generación (2011).


Por cierto, a día de hoy, es la peli de mutantes que más lleva recaudado, con 234.3 millones de dólares; seguida muy cerquita por X-Men: Days of the Future Past con 233.9 millones.

X-Men: The Last Stand (2006)

X3, o X-Men: La Decisión Final cierra esta trilogía de los X-Men, y es continuación directa de las dos anteriores.

En este caso hay cambio de director, de Singer a Brett Ratner, que ya había dirigido media docena de películas de segunda (Hora Punta 1 y 2, Family Man), de entre las que yo salvaría Red Dragon, la adaptación del libro homónimo de Thomas Harris en el que aparece por primera vez el personaje de Hannibal Lecter.

En general se considera la peor de la serie (de lo que podríamos discutir), y una mala película (en lo que ya no estoy nada de acuerdo). Creo que tiene escenas sencillamente espectaculares a nivel de acción y de carga dramática, e incluso alguna memorable; cosa que, a mi entender, no se puede decir de X-Men 2 aunque esta sea más redonda y equilibrada.

Tal como yo lo veo en X3 se intentan hacer demasiadas cosas, y si se hubiera sido algo más comedido la película en su conjunto habría ganado bastante.

La película empieza con un flashback a 20 años atrás, en el que unos jóvenes Xavier y Magneto (Patrick Stewart y Ian McKellen rejuvenecidos digitalmente sin mucho éxito, antes de que se perfeccionara esta técnica), acuden en aparente buena armonía a la casa de una Jean Grey adolescente que demuestra tener unos enormes poderes.


Ya en X-Men (2000) se aludía reiteradamente a la vieja amistad entre Xavier y Magneto, y resulta muy emocionante ver por fin una escena de ese misterioso pasado.

A continuación vienen los créditos, y tras ellos se nos muestra a los X-Men en medio de un combate con rayos y explosiones. Entre ellos se hallan algunos mutantes que ya se habían visto brevemente en las pelis anteriores, como Coloso, el Hombre de Hielo o Kitty Pride, que hacen gala de sus poderes. Se enfrentan a unos robots gigantes que los aficionados al cómic reconocerán como los Centinelas, y curiosamente Lobezno parece no tomarse muy en serio la refriega… hasta que pierde su puro, tras lo que dará fin a la batalla con sus garras, y comprobamos que todo no era más que una especie de simulación holográfica. Se trata de un ejercicio de entrenamiento en la Sala de Peligro, una sala en la base de los X-Men que aparece recurrentemente en los cómics, que sirve para llevar al límite los poderes de los mutantes y entrenarlos en tácticas de equipo. Al principio estaba dotada de pistones, robots y pesas, hasta que los X-Men entraron en contacto con los Shi’Ar, una especie alienígena superavanzada que les facilitará la tecnología para construir una Sala de Peligro como la que muestra la película, capaz de simular todo tipo de situaciones y ambientes; y después de que la anterior versión hubiera sido destruida en un incidente que involucró a Kitty y un demonio venido de otra dimensión, en el Uncanny X-Men #143.



Después de unas escenas en la escuela de Xavier, en la que aparecen el resto de personajes de la trilogía, se presentan las que serán las tres líneas argumentales de la película y que, como decía, hacen que el conjunto sea de difícil digestión:

  1. La cura al gen mutante: el gobierno ha desarrollado una sustancia que suprime los poderes mutantes, e inicia las operaciones para inyectarlo a la población.
  2. Magneto: los mutantes están divididos ante “la cura”, y Magneto reúne un numeroso grupo para oponerse a lo que considera que será el exterminio mutante
  3. Fénix: el regreso de Jean Grey, tras su desaparición (dada por muerta) en X-Men 2, y los asombrosos poderes que demuestra.
Básicamente, lo que a mí me sobra es el punto 2, con unos cuantos cientos de mutantes genéricos uniéndose a la causa de Magneto, con un seguimiento a un puñado de ellos de los que no se nos cuenta nada, hasta el punto de que apenas sabemos cuáles son sus poderes. Y en cuanto a la historia de Fénix, que para mí es lo mejor de la película, está mal hilvanada con los puntos 1 y 2.

A mí, de toda la película, lo que me parece más interesante es lo relacionado con el retorno de Jean Grey de entre los muertos, y solo con un poco de desarrollo de esa línea argumental habría bastado para hacer la mejor película de la serie. Todo empieza con Cíclope acudiendo al lago en el que desapareció Jean, donde esta se le aparece sin mayor explicación. Tras lo cual, a requerimiento mental de un alarmado Xavier, acuden los X-Men para encontrar allí a su compañera desaparecida… y nada más de Cíclope que sus características gafas. No volveremos a saber de él. A mí no me gusta el personaje en la película pero, francamente, me parece un final muy poco digno.

No les voy a contar la peli en detalle, pero para mí contiene una de las mejores escenas de la trilogía, cuando Jean Grey desata toda la extensión de sus poderes en casa de sus padres y acaba por unirse al grupo de Magneto. Solo por esa escena, para mí ya vale la pena haber hecho esa película.


Después hay más enfrentamientos, y unos corriendo de aquí para allá, intentado hacerse con “la cura”, hasta el desenlace, con un clímax final bastante digno que a mí me satisfizo.

Para los aficionados al cómic, lo mejor de la película tiene que ser la traslación de la Fénix Oscura de los cómics a pantalla, en una adaptación muy libre pero aún reconocible; especialmente en algunos de los momentos clave.


Insisto en que la peli está bastante mal considerada, pero a mi entender ese desprecio es exagerado. Creo que se le podría haber hecho un buen recorte, pero es mucho más coherente que algunas de las últimas películas superheróicas que hemos visto, que contienen agujeros de guión sencillamente descomunales, y son mucho más embrolladas.

Creo que vale la pena verla, y no desmerece la trilogía. 

No hay comentarios: