En esta serie ya hemos hablado de las
series de películas dedicadas a Superman
y Batman durante el siglo XX. Se
trata de las películas precursoras de la era de las pelis de superhéroes en que
nos encontramos inmersos, pero no fueron el auténtico pistoletazo de salida,
dado que su impulso se agotó.
El verdadero inicio de la era moderna
de las pelis de superhéroes fueron las adaptaciones de los X-Men, iniciadas por las dos pelis dirigidas por Bryan Singer y la tercera que cerraba
la serie, X3, dirigida por Brett Raner.
Y de ellas hablamos a continuación.
X-Men (2000)
Para la primera adaptación a la gran
pantalla del grupo de superhéroes más exitosos de Marvel Comics, alrededor de los cuales se ha llegado a desarrollar
toda una línea editorial que se podría denominar “Universo Mutante”, se escogió
finalmente un director relativamente desconocido, Bryan Singer, que tenía en su haber tan solo otras tres películas,
de entre las cuales destaca la excelente The Usual Suspects. Por cierto, hay declaraciones de Bryan Singer diciendo que
nunca había leído cómics de los X-Men
antes de recibir la propuesta para dirigir la película.
Tampoco el elenco actoral iba a estar
compuesto por grandes estrellas, y el presupuesto era relativamente limitado
para una producción en la cual los efectos especiales, sin duda, iban a tener
una gran importancia.
Y tal vez precisamente a causa de
dichas limitaciones, X-Men es mejor
película que algunas de las que vemos hoy en día, dado que se ve obligada por la
falta de presupuesto a dejar más espacio al desarrollo de la historia, y las
escenas de acción son más contenidas; menos el castillo de fuegos artificiales
a que nos han venido a acostumbrando en los últimos años.
En X-Men, en lugar de explicar el origen y creación del grupo, se opta
por contar el origen de tan solo dos de sus personajes principales (Magneto y Pícara), y arrojar al espectador a un universo coherente en el que
el cómo importa bastante menos que el qué. Y para hacerlo nos coloca tras la
mirada de Pícara, una jovencita que huye de casa por temor al daño que puede
hacer con sus recién adquiridos poderes, que no controla y que consisten,
aparentemente, en absorber la fuerza vital de aquellos a los que toca. En su
escapada acabará en un remoto pueblo en las montañas, donde se topará
con Lobezno, con quien entablará
una suerte de amistad que los llevará a seguir viaje juntos. Tras lo cual, y
sin motivo aparente, se ven atacados por un grupo de personas con superpoderes,
siendo rescatados por los X-Men, que los invitarán a unirse a ellos.
Bueno, más o menos. He hecho lo que
he podido para resumir el arranque de la historia.
Pero aquí lo verdaderamente
importante es que la película presenta el escenario y los personajes de forma
francamente muy satisfactoria, y lejos de la típica historia lineal “de orígenes”.
Resulta particularmente bueno el
retrato de Magneto, al que lejos de
mostrarle como un villano plano, que hace el mal por el mal o tan solo en pos
de su propio beneficio, aparece como un judío superviviente del
holocausto nazi, y adoptado como su misión en la vida acabar con la segregación a la que se aboca a los mutantes… para lo cual no dudará en utilizar cualquier medio, independientemente de las vidas que cueste. De modo que Magneto tiene un
objetivo más o menos comprensible, pero son sus métodos los que son
reprobables. Charles Xavier, el “jefe” de los X-Men,
quienes se oponen a los métodos de Magneto, comparte el objetivo de la integración de los mutantes, pero bajo los principios de la recta moral y ética.
En general se respetan bastante las
características de los personajes en su traslación de los cómics a la pantalla.
Si me permiten, me gustaría hacer un pequeño repaso de los mismos,
absolutamente personal:
Los buenos
Pícara: interpretada por
una joven Anna Paquin, que no hace mucho se quejó de que en las películas su
personaje tan solo absorbía poderes, mientras que en el cómic vuela y es
superfuerte. Lo cual es cierto, pero se debe a que absorbió permanentemente y
de forma no intencionada los poderes (y recuerdos) de Ms. Marvel tras atacarla en el AvengersAnnual #10 (su primera aparición), y como se explica en Uncanny X-Men #171. En la película sirve como
hilo conductor para que el espectador descubra este nuevo universo.
Lobezno: ahora
nos parece que la elección de Hugh Jackman para interpretarlo es ideal, pero
también en su momento despertó grandes recelos, particularmente por el hecho de
que es un tipo alto, mientras que en los cómics siempre se ha destacado que
Lobezno es claramente bajito; cosas del fandom.
Por lo demás, todo el mundo quedó gratamente impresionado por la forma de
representar las garras, y que quedara meridianamente claro que formaban parte
de su cuerpo; y en general muy satisfechos por ser una fiel adaptación del
mutante canadiense.
Charles Xavier: el
director de los X-Men interpretado por Patrick Stewart; otro notable acierto de
casting. Nada que decir: es tal como tiene que ser.
Tormenta: tal
como se puede ver en el comic de la película, inicialmente tenía prevista una
escena para mostrar su origen africano; pero ya sea porque no llegó a filmarse,
o se cayó de la sala de montaje, esa escena no aparece. Por lo demás, si bien
hay quien no está de acuerdo, a mí la elección de Hale Berry me ha parecido
siempre excelente, aunque la caracterización podría haberse mejorado; y la representación
de sus poderes correcta.
Jean Grey:
encarnada por una espectacular Famke Jansen, tiene poderes telequinéticos y telepáticos, aunque apenas hace uso de estos últimos. Gana un doctorado universitario, al
protagonizar unas escenas inicialmente pensadas para el personaje de La Bestia,
que fue descartado por la dificultad de representarlo de forma creíble. Tiene
una relación con Cíclope, y al igual que en los cómics se ve envuelta en un
triángulo romántico con Lobezno como tercer vértice.
Cíclope: a mí
nunca me ha gustado James Mardsen como Cíclope, pero creo que estoy bastante
solo en esto. Además, creo que en las películas ha perdido gran parte del peso
que tiene en los cómics como indiscutible líder de campo del grupo.
Los malos
Magneto: el
villano por antonomasia de los X-Men. Despertó bastantes dudas que fuera
interpretado por alguien tan mayor como Ian McKellen, dado que no respondía al
estándar de superhéroe musculoso que se suele representar en el cómic, pero ha
quedado claro que fue un enorme acierto. Como personaje, Magneto destaca por
sus elecciones morales; y como superhéroe (supervillano en este caso), el que sea físicamente fuerte
resulta bastante irrelevante por la naturaleza de sus poderes.
Mística: la
mano derecha de Magneto, en los cómics se hizo la líder del grupo de villanos
cuando este faltó, y tiene una fuerte personalidad, capacidad de liderazgo,
y una historia compleja y misteriosa que la conecta con los X-Men y muy
especialmente con Pícara. En la peli no hay nada de todo eso, y más allá de la
espectacularidad de su caracterización y de sus cambios de aspecto,
prácticamente desaparece como personaje, sin apenas líneas de diálogo. No
obstante, queda claro que es el brazo armado de Magneto, y la encargada de
llevar a cabo sus planes.
Dientes de Sable: en la
película es interpretado por Tyler Mane, proveniente del mundo del wrestling. Como personaje hace el papel
de músculo del equipo, del que no sabemos nada más allá de que ruge mucho y
tiene unas garras que lo hacen la némesis de Lobezno.
El Sapo: en el
cómic, para mí, uno de los villanos más penosos del universo Marvel; un tipo lastimoso, físicamente deforme con un poder básicamente inútil, y despreciado por sus propios compañeros. El inadaptado entre los inadaptados. Paradójicamente, de haberse explorado correctamente esa faceta podría haber sido un personaje interesante, pero en la peli se sigue un enfoque completamente diferente, se le dota de un aspecto
hasta atractivo, con un poder francamente bastante asqueroso que no tiene en los cómics, y también sin líneas de diálogo.
Por lo demás, decir que X-Men tuvo un notable éxito, fue bien
acogida por los fans, y quedó claro que la fórmula era viable. Y es por ello que, como apunto en la introducción, la considero el auténtico arranque de la actual etapa de películas de superhéroes.
Y sigue siendo una peli bastante
entretenida, con unos efectos especiales lo bastante buenos como para que aún
no se haya quedado vieja.
X-Men 2 (2003)
Solo 3 años después de X-Men se estrena su continuación, con
los mismos personajes, actores y director. Pero con más presupuesto, lo que se
traduce en más escenas de acción, mejores decorados y efectos especiales.
La historia ahonda en el pasado del
que se ha revelado como el auténtico protagonista de la franquicia: Lobezno. ¿Qué tendrá este personaje
para que sea tan atractivo, independientemente del medio en el que aparezca? Para
hacerlo se introduce un nuevo villano, en este caso no superpoderoso sino
humano: William Stryker, que dirige
una operación de control militar para oponerse a la amenaza mutante, y que
parece haber estado involucrado en los orígenes de Lobezno.
En esta batalla entre humanos y
mutantes, los X-Men deberán
colaborar con Magneto, que ha
escapado del encarcelamiento en el que quedó al final de la primera película,
en una de las mejores y más inteligentes secuencias de X-Men 2, y que gracias al trabajo de espionaje de Mística ha descubierto los planes de Stryker para acabar con la especie mutante.
Esto de que los buenos y los malos
tengan que unirse ante un enemigo común, es casi tan habitual en los cómics
como que los buenos se zurren entre sí a causa de algún engaño o malentendido.
Después de la excelente puesta en
escena y del acertadísimo casting de X-Men,
en X-Men 2 basta con introducir un
argumento interesante, coreografiar algunas secuencias de acción y voilà: peliculón.
Vale, seguro que no es tan fácil,
pero la verdad que en X-Men 2 así lo
parece, y seguramente es la mejor de las películas de los mutantes, junto con
la precuela X-Men: Primera Generación
(2011).
Por cierto, a día de hoy, es la peli
de mutantes que más lleva recaudado, con 234.3 millones de dólares;
seguida muy cerquita por X-Men: Days of the Future Past con 233.9 millones.
X-Men: The
Last Stand (2006)
X3, o X-Men: La Decisión Final cierra esta
trilogía de los X-Men, y es
continuación directa de las dos anteriores.
En este caso hay cambio de director,
de Singer a Brett Ratner, que ya había dirigido media docena de películas de
segunda (Hora Punta 1 y 2, Family Man), de entre las que yo salvaría Red Dragon, la adaptación del libro
homónimo de Thomas Harris en el que
aparece por primera vez el personaje de Hannibal
Lecter.
En general se considera la peor de la
serie (de lo que podríamos discutir), y una mala película (en lo que ya no estoy nada de
acuerdo). Creo que tiene escenas sencillamente espectaculares a nivel de acción
y de carga dramática, e incluso alguna memorable; cosa que, a mi entender, no
se puede decir de X-Men 2 aunque esta sea más redonda y equilibrada.
Tal como yo lo veo en X3 se intentan
hacer demasiadas cosas, y si se hubiera sido algo más comedido la película en
su conjunto habría ganado bastante.
La película empieza con un flashback
a 20 años atrás, en el que unos jóvenes Xavier y Magneto (Patrick Stewart y Ian McKellen rejuvenecidos digitalmente sin mucho éxito, antes de
que se perfeccionara esta técnica), acuden en aparente buena armonía a la casa de una Jean Grey adolescente
que demuestra tener unos enormes poderes.
Ya en X-Men (2000) se aludía reiteradamente a la vieja amistad entre Xavier y Magneto, y resulta muy emocionante ver por fin una escena de ese misterioso pasado.
A continuación vienen los créditos, y
tras ellos se nos muestra a los X-Men
en medio de un combate con rayos y explosiones. Entre ellos se hallan algunos mutantes
que ya se habían visto brevemente en las pelis anteriores, como Coloso, el Hombre de Hielo o Kitty Pride,
que hacen gala de sus poderes. Se enfrentan a unos robots gigantes que los
aficionados al cómic reconocerán como los Centinelas,
y curiosamente Lobezno parece no tomarse muy en serio la refriega… hasta que
pierde su puro, tras lo que dará fin a la batalla con sus garras, y comprobamos
que todo no era más que una especie de simulación holográfica. Se trata de un
ejercicio de entrenamiento en la Sala de
Peligro, una sala en la base de los X-Men
que aparece recurrentemente en los cómics, que sirve para llevar al límite los
poderes de los mutantes y entrenarlos en tácticas de equipo. Al principio
estaba dotada de pistones, robots y pesas, hasta que los X-Men entraron en contacto con los Shi’Ar, una especie alienígena superavanzada que les facilitará la
tecnología para construir una Sala de
Peligro como la que muestra la película, capaz de simular todo tipo de
situaciones y ambientes; y después de que la anterior versión hubiera sido destruida en un incidente que involucró a Kitty y un demonio venido de otra dimensión, en el Uncanny X-Men #143.
Después de unas escenas en la escuela
de Xavier, en la que aparecen el resto de personajes de la trilogía, se
presentan las que serán las tres líneas argumentales de la película y que, como
decía, hacen que el conjunto sea de difícil digestión:
- La cura
al gen mutante: el gobierno ha desarrollado una sustancia que suprime los
poderes mutantes, e inicia las operaciones para inyectarlo a la población.
- Magneto:
los mutantes están divididos ante “la cura”, y Magneto reúne un numeroso grupo para oponerse a lo que
considera que será el exterminio mutante
- Fénix: el
regreso de Jean Grey, tras su desaparición (dada por muerta) en X-Men 2, y los asombrosos poderes
que demuestra.
Básicamente, lo que a mí me sobra es
el punto 2, con unos cuantos cientos de mutantes genéricos uniéndose a la causa de Magneto,
con un seguimiento a un puñado de ellos de los que no se nos cuenta nada, hasta
el punto de que apenas sabemos cuáles son sus poderes. Y en cuanto a la
historia de Fénix, que para mí es lo mejor de la película, está mal hilvanada
con los puntos 1 y 2.
A mí, de toda la película, lo que me
parece más interesante es lo relacionado con el retorno de Jean Grey de entre los muertos, y solo con un poco de desarrollo de esa línea argumental habría bastado para hacer la mejor película de la serie. Todo empieza con Cíclope acudiendo al lago en el que
desapareció Jean, donde esta se le aparece sin mayor explicación. Tras lo cual, a
requerimiento mental de un alarmado Xavier,
acuden los X-Men para encontrar allí a su
compañera desaparecida… y nada más de Cíclope que sus características gafas. No
volveremos a saber de él. A mí no me gusta el personaje en la película pero,
francamente, me parece un final muy poco digno.
No les voy a contar la peli en
detalle, pero para mí contiene una de las mejores escenas de la trilogía,
cuando Jean Grey desata toda la
extensión de sus poderes en casa de sus padres y acaba por unirse al grupo de Magneto. Solo por esa escena, para mí
ya vale la pena haber hecho esa película.
Después hay más enfrentamientos, y
unos corriendo de aquí para allá, intentado hacerse con “la cura”, hasta el
desenlace, con un clímax final bastante digno que a mí me satisfizo.
Para los aficionados al cómic, lo
mejor de la película tiene que ser la traslación de la Fénix Oscura de los cómics a pantalla, en una adaptación muy libre pero aún reconocible; especialmente en algunos de los momentos clave.
Insisto en que la peli está bastante
mal considerada, pero a mi entender ese desprecio es exagerado. Creo que se le
podría haber hecho un buen recorte, pero es mucho más coherente que algunas de
las últimas películas superheróicas que hemos visto, que contienen agujeros de
guión sencillamente descomunales, y son mucho más embrolladas.
Creo que vale la pena verla, y no
desmerece la trilogía.
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